El regreso es tan solo
una trampa del olvido,
un autobús dormido en mercurio
animales azules Prusia que se enredan
en jarrones torcidos , aztecas de Siberia.
inmóviles en un pacto de piedra y penumbra.
Pero algo en esa quietud que late,
un guiño ínfimo, bestia nocturna,
tiende un hilo invisible,
un nervio abierto,
sostiene al sortilegio , un universo erótico,
de hueso…
una lanza hundida en la carne del roble,
respirando en esa paz ajena, suspendido,
destrozándose a sí mismo.
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