¿Dónde están tus brazos de protector ferroviario?
durmientes de roble extendidos como venas
transportistas de acero vanadio
¿Quién a tu lado, crucificado igual que vos,
se atreve a propagar tu deterioro
Ese destino que muerde con intención de ruptura?
tus perros están muertos,
las garrapatas duelan en el patio como relojes sin cuerda,
se llevaron todas tus contenciones
se quedo tu delirio sin mausoleo
tendeme un collar de grillos, si todavía podés,
para que no necesite más de la noche,
un silencio que me abrace en caída libre
y el tirón se lleve en un crujido arrancando todo
quiero ser la niebla que arde bajo el viento
trayendo la corteza a los murmullos de las manos
de todas las tribus tuyas.
Caello
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